viernes, 5 de agosto de 2011

INSUFICIENCIA CERVICAL. ¿Qué es y cómo se trata?

La insuficiencia cervical es la incapacidad del cuello uterino de permanecer cerrado hasta el final del embarazo. Esto puede producir un parto prematuro.


Se detecta a través de una ecografía transvaginal, midiendo el cuello del útero. No presenta síntomas, aunque si en el primer embarazo hubo insuficiencia es seguro que en los siguientes también habrá.
El tratamiento es hacer un cerclaje uterino, que consiste en cerrar el cuello del útero hasta el final del embarazo.
MI EXPERIENCIA.
Os quiero contar mi experiencia sobre este proceso y contaros cómo me fue con el cerclaje.
En la ecografía de las 20 semanas detectamos que el cuello del útero se estaba abriendo, que se había acortado bastante. El ginecólogo nos propuso poner un cerclaje al día siguiente, en quirófano y con sedación. Nos explicó que era como una cinta apretada que se pone alrededor del cuello uterino para que no se abra.
Como yo ya había tenido un parto prematuro, no quería volver a pasar por ello por nada del mundo, así que, al día siguiente fuimos a la clínica con bastante miedo, ya que el riesgo de hacer esta intervención tan tarde, a las 20 semanas, es que se rompa la bolsa o provocar contracciones.
Todo salió bien y me dispuse a pasarme el resto del embarazo en reposo.
El reposo hay médicos que lo indican y otros no, pero a mí me daba mucha seguridad estar tranquilita y tumbada. Fueron tres meses en reposo, fue duro pero cada día que pasaba y todo iba bien me motivaba para seguir tumbada. Aproveché para conectarme bien con mi hija, para descansar, para olvidarme de todo lo que no fuera mi bebé y yo.
A partir de las 33 semanas o así, empecé a moverme un poquito, pero sólo por la casa y en la 35 dejé el reposo.
El cerclaje se suele quitar a las 37 semanas que es cuando el bebé ya no se considera prematuro. A nosotras no nos dio tiempo a llegar, había dejado el reposo en la 35 y en la 36 me puse de parto con cerclaje y todo, no hubo ningún problema, me quitaron el cerclaje y a parir.
Ahora sé que si hubiera aguantado un poco más de reposo, ella también hubiera estado más tiempo en la barriga, por lo tanto para mí el reposo además del cerclaje fueron fundamentales para que Amaya llegara a las 36 semanas.

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