domingo, 29 de enero de 2012

El Miedo: una emoción natural


Cuando nuestros hijos cumplen dos años se empiezan a producir grandes cambios en ellos. Como dice Laura Gutman, desde el nacimiento hasta más o menos sus dos años de vida, el bebé vive en completa fusión emocional con la madre; y a partir de los dos años empieza la separación emocional, proceso que culminará en la adolescencia. Comienzan a sentirse como seres independientes de su madre, con todo lo que eso conlleva.
La posible aparición de miedos forma parte de ese gran cambio que se produce en esta etapa. Al sentirse como un ente separado de su madre, siente más en su piel la exposición al mundo y, dependiendo del niño y sus vivencias, puede desarrollar inseguridades y temores.


Definición de Miedo:
Emoción desagradable que se produce cuando percibimos un peligro o un daño - físico o psicológico - que representa una amenaza para nuestro bienestar. Podemos sentir miedo también ante la anticipación de un mal posible. El miedo es la emoción más difusa, pero es a la vez la más intensa y rápida.


Cómo se manifiesta:
Cuando sentimos miedo nuestro cuerpo se pone en estado de alerta, preparándose para huir o enfrentarse al peligro. Si el miedo es excesivo, puede incluso paralizarnos.
Provoca un aumento de la sudoración y altera la respiración y el ritmo cardiaco. Se produce una mayor secreción de adrenalina, que puede desencadenar una reacción de estrés.

Sentir miedo está ligado a lo instintivo, a esa parte animal que todos tenemos. Es una herramienta para la supervivencia. Si un bebé quiere estar con su madre, que es una necesidad básica, y la madre no viene, el bebé siente miedo; llorará para llamarla, y si la madre sigue sin venir, el miedo de la criatura aumentará, pues siente que sin su madre está expuesto a cualquier peligro.
Pero en esta circunstancia el miedo aparece cuando no colmamos una de las necesidades básicas de un bebé. ¿Qué pasa con otros miedos que aparecen cuando los niños van creciendo?
A medida que el niño crece y cambia, sus miedos también cambian. Los más frecuentes son:
  • A la oscuridad, las pesadillas y los monstruos.
  • A determinados animales.
  • A no saber hacer bien alguna cosa o a no conseguir un objetivo.
  • Al dolor.
  • Ante personas que se comportan de forma violenta.
  • A la muerte o a la desaparición de seres queridos.
  • A lo desconocido, a situaciones nuevas a las que nunca se ha enfrentado, como cambio de casa o de colegio.
  • Al fracaso.
  • Ante retos y aprendizajes que le cuestan.
  • Al ridículo, a que se burlen de él o lo critiquen.

El tema de los miedos de nuestros hijos puede resultar escabroso y difícil de abordar, pues a veces dudamos si les hacemos sentirse seguros y más confiados ante lo que les asusta.
En mi opinión es preferible no obsesionarse con que se les quiten los miedos rápidamente a nuestros hijos, sino permitirles que los expresen con libertad y confianza, sin censurarlos ni ridiculizarlos.
Tener miedo es tan natural como sentir tristeza, alegría o enfado. Si el niño siente que no puede hablar de lo que le asusta, difícilmente él y sus padres encontrarán maneras de que se enfrente a sus miedos y así poder superarlos. Es importante que el niño no sienta que sus miedos son ridículos, sino que son completamente normales.
Una vez que ya ha expresado lo que le causa temor, se pueden buscar caminos para que el miedo se vaya haciendo más pequeño, y que de esa manera el niño pueda hacer aquello que el miedo le impedía realizar, como conciliar el sueño, hacer cosas nuevas, relacionarse con otras personas, etc.
Puede ayudarles que nosotros les hablemos de nuestros propios miedos y temores, y de que cuando teníamos su edad también nos asustaban las mismas cosas que a ellos.
En muchas ocasiones (por no decir en la mayoría) nuestra presencia junto al niño ayuda mucho a calmar el miedo.

Me gustaría recomendar algunos cuentos que tartan este tema:

  • ¿No duermes, osito? Editorial Kókinos.
  • De verdad que nos podía. Editorial Kókinos.
  • ¡Papaaaaaaaaaa! Editorial Anaya.
  • Un jarrón de la China. Editorial SM. 
    Comemiedos. Editorial Destino.
  • Óscar y el león de correos. Editorial Anaya.



    Clara


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